Persuasión de Jane Austen
Elizabeth, a sus dieciséis años, había asumido –hasta donde era posible- los derechos y la relevancia de su madre; y como era muy hermosa, y muy parecía a su padre, su influencia sobre él también había sido muy grande, y habían sido muy felices en mutua compañía. Sus otras dos hijas tenían un valor muy inferior para él. Mary había adquirido cierta artificiosa importancia al convertirse en la esposa de Charles Musgrove; pero Anne, aunque poseía un espíritu refinado y una dulzura de carácter que la habrían situado a gran altura entre personas de genuino discernimiento, no significaba nada par a su padre y su hermana; su opinión no tenía peso alguno y, por conveniencia, siempre prefería transigir ante los demás; era simplemente Anne, y nada más. |