Gallinas de Jackie Polzin
A lo largo de toda esa mañana me cuidó como de costumbre: sirvió mi café antes que el suyo; recogió mi plato de la mesa y depositó en él una migaja que había en el borde; levantó la vista de su trabajo para mirarme y sonrió... acciones repentinamente cautivadoras por el mero hecho de que presté atención a todas y cada una de ellas.
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