Amante Eterno de J.R. Ward
[…] Llevaba puesta una camiseta sin mangas que dejaba ver los poderosos brazos. Su pecho era amplio y bien definido, el estómago tan sólido que se podían ver los músculos abdominales aun bajo la camiseta. Piernas largas, muslos fuertes… -¿Te gusta lo que ves? -preguntó él con voz profunda y serena. ‘Sí, cómo no’, pensó. Pero, por supuesto, no respondería a eso. |