Más allá de estas paredes de J.L. Berg
Quería susurrarle algo, decirle lo bonita que estaba, lo mucho que la quería. Pero, ¿Cómo encajar un millar de emociones diferentes en una sola frase?
|
Más allá de estas paredes de J.L. Berg
Quería susurrarle algo, decirle lo bonita que estaba, lo mucho que la quería. Pero, ¿Cómo encajar un millar de emociones diferentes en una sola frase?
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
Cuándo te han roto el corazón, ¿qué más puedes perder? Entre estas paredes le entregué mi corazón imperfecto al hombre que amaba. Y después… después él se marchó.
|
Más allá de estas paredes de J.L. Berg
-¿Por qué tiene que ser una sorpresa, Jude? -Me quejé abrazándolo-. Irlanda ya fue sorpresa bastante para toda una vida. No tienes que conquistarme a diario. Jude bajó la cabeza y sentí el roce de sus labios contra la mejilla. -En realidad sí -susurró-. Eso es justo lo que voy a hacer, cada día del resto de nuestras vidas. Te mereces que te conquiste, Lailah. |
Entre estas paredes de J.L. Berg
Ten presente que nunca dejaré de luchar por ti, sin importar dónde me encuentre o a lo que me dedique. Siempre mantendré tus alas en vuelo.
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
Todos tenemos cicatrices, Lailah. Solo que algunas son más visibles que otras
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
Lo irónico, el verdadero giro de la historia que hacía que los hados se carcajearan entre las nubes, fue darme cuenta de que no había sido consciente de la tremenda crueldad de la vida porque hasta ese momento no me había percatado de dos cosas. La primera es que me estaba enamorando de Lailah Buchanan. La segunda , que ella se estaba muriendo. |
Entre estas paredes de J.L. Berg
La esperanza era una emoción que podía proporcionarle al individuo más pequeño la capacidad de mover montañas, pero si alguien tenía demasiada esperanza en mitad de una situación crítica, esa palabra y todas sus letras podían aplastarlo de repente, hundiéndolo con la creencia imposible de que la situación mejorará de alguna manera cuando no hay modo posible de que lo haga.
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
La vida... ciertamente siguió. Aún después de una aflicción insufrible, un dolor debilitante y una vida siempre a la espera de comenzar. Mientras fuésemos capaces de amar y ser amados en este mundo, ningún corazón estaría nunca desahuciado.
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
Su entusiasmo por la vida era adictivo, y yo necesitaba mi dosis. Necesitaba la luz que sólo mi ángel podía darme.
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
Mientras fuésemos capaces de amar y ser amados en este mundo, ningún corazón estaría nunca desahuciado.
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
Todo había sido como si yo hubiera estado bajo tierra durante años, encerrado en una celda creado por mi mismo, incapaz de liberarme. Después de conocer a Lailah, sentí que las cadenas se derretían, y por fin salí a la superficie para disfrutar de mi primer vistazo cegador del sol.
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
La esperanza era una emoción que podía proporcionarle al individuo más pequeño la capacidad de mover montañas, pero si alguien tenía demasiada esperanza en mitad de una situación crítica, esa palabra y todas sus letras podían aplastarlo de repente, hundiéndolo con la creencia imposible de que la situación mejorará de alguna manera cuando no hay modo posible de que lo haga.
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
Cuando vives con tiempo prestado, cada segundo que te ves obligado a presenciar la vida a través de la ventana de un hospital es un segundo menos que tienes para vivir de verdad y hacer algo que tenga sentido.
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
Eso era la definición de crueldad: mantener a una persona tan especial como Lailah encerrada en un lugar donde nadie podía ver el fuego de su espíritu y la belleza de su alma.
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
Todos nosotros tenemos prisiones y cadenas que nos apartan de lo que realmente queremos en la vida. Las tuyas tan solo han sido más grandes y más fuertes que las de la mayoría.
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
Adoraba los libros, los libros de verdad. Hay algo en el aroma y el olor de las palabras que están justo frente a ti que es irremplazable.
|
Entre estas paredes de J.L. Berg
—No has respondido a mi pregunta —dijo Marcus, acabando con un silencio que se podía cortar con un cuchillo. —¿Qué pregunta? —¿Qué vas a hacer por Lailah? El ascensor se detuvo y la puerta se abrió. Ambos caminamos sobre el desgastado suelo laminado, y yo miré hacia el pasillo que me llevaba hasta mi ángel dormido. —Todo. Le daré todo. |
Entre estas paredes de J.L. Berg
Al no responderme, reuní el valor para mirarlo, y me encontré con una penetrante y cálida mirada. —Todos tenemos cicatrices, Lailah. Solo que algunas son más visibles que otras. —¿Cuáles son tus cicatrices, Jude? —pregunté, sorprendida y asustada por mis propias palabras. Sus ojos se dispersaron por un breve instante, como si hubiese perdido el centro de la realidad. Cuando por fin regresó, sonrió. |
Entre estas paredes de J.L. Berg
—¿Cuál es tu número uno? —preguntó, su mano acariciaba mi brazo trazando círculos. —Ya lo has conseguido —contesté yo, evadiendo la pregunta. —¿Cuál es, Lailah? —Enamorarme —respondí finalmente, mirándole a los ojos con expresión dubitativa. |
Entre estas paredes de J.L. Berg
─Le has cambiado ─dijo Nash con una sonrisa─. Ya no está roto. ─Lo ha hecho él solo ─dije mientras nos movíamos de un lado a otro al ritmo de una canción que no reconocía. ─Tal vez, pero tú le diste una razón para hacerlo. |
Gregorio Samsa es un ...