Hasta los Huesos de J. R. Johansson
No importaba el color de los ojos o la piel o el cabello. Ahora todos eran lo mismo. Es como si alguien intentara decir: la muerte es muy buena ecualizadora, y nadie puede escaparle
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Hasta los Huesos de J. R. Johansson
No importaba el color de los ojos o la piel o el cabello. Ahora todos eran lo mismo. Es como si alguien intentara decir: la muerte es muy buena ecualizadora, y nadie puede escaparle
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