La cacería de J. M. Peace
En cuanto hubo terminado, se quedó cautivado. No había nada comparable. Ese momento, la fracción de segundo que tardaba la muerte, había sido más intenso que cualquier otra cosa que hubiera experimentado en su vida. Mucho mejor que el sexo. Un momento de todopoderoso tecnicolor en una vida por lo demás gris. Entonces supo que tendría que volver a experimentarlo.
|