Bandido de Itamar Orlev
Y un día, de repente, te encuentras en Varsovia, en una residencia de ancianos [...]. Consciente de que solo termina tu vida, solo la tuya, porque la vida, hay que joderse, continúa sin ti. Todos siguen sin ti [...] y poco importa cuántas vidas se acaben porque siempre vendrán otros.
|