Mi vecino, su robot y yo de Israel Campos Palomino
Los vecinos sabían muy pocas cosas acerca de él; he hecho, casi nada, pero, en lo que sí coincidían todos, era en que se trataba de un señor muy raro. Era bajito y regordete y solo tenía pelo de color blanco y alborotado a los lados de la cabeza y un pequeño bigote. Unos decían que le habían visto con gafas y, otros, sin ellas.
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