Deseos rojos de Isabelle Ronin
—¡No, Tal! No seas boba —me reí—. Aunque, bueno... Supongo que sí. Es que, ¡vamos a ver! Era para irme corriendo... No va con segundas. —La miré levantando las cejas y ella soltó una carcajada—. Pero no me refiero a eso. Es que... —Exhalé mientras intentaba organizar mis pensamientos—. Compartir tu cuerpo con alguien... No sientes que solo le estás dando tu cuerpo. Es tu corazón, tu cuerpo y tu alma; tus vulnerabilidades, tu confianza, la totalidad de la persona que eres. Le estás dando todo eso. Le estás confiando todo eso y esperas que lo valore y que no lo utilice para destruirte. Y una vez se lo has dado, no puedes recuperar esa parte de ti nunca más. Y es aterrador. —Qué profundo. Me encanta. Y sí, entiendo lo que quieres decir —afirmó—. ¿De verdad te estás enamorando de don Complicado y Misterioso? |