Besos rojos de Isabelle Ronin
—Si tengo que elegir mi propia cárcel —dijo con voz gruesa, cargada de emoción—, te elijo a ti. Soy un prisionero, y mi condena es amarte toda la vida.
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Besos rojos de Isabelle Ronin
—Si tengo que elegir mi propia cárcel —dijo con voz gruesa, cargada de emoción—, te elijo a ti. Soy un prisionero, y mi condena es amarte toda la vida.
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Sueños rojos de Isabelle Ronin
La verdad te obliga a enfrentarte a la dura realidad, te causa dolor. Tal vez esa es la razón por la que la gente se obceca en su furia; porque es preferible al dolor.
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Sueños rojos de Isabelle Ronin
Tus cicatrices no te definen. Lo que te define es lo que has aprendido, y el camino que decides tomar después de haber adquirido esas cicatrices.
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Sueños rojos de Isabelle Ronin
El metal tiene que pasar por el fuego para derretirse y transformarse en una espada. Sé fuerte, todo esto es solo una prueba. La vida te está derritiendo, te está moldeando, para convertirte en una persona más fuerte. La quemadura del fuego se curará, y entonces encontrarás la paz. No te rindas, cariño.
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Sueños rojos de Isabelle Ronin
Los hombres fieles son como los unicornios.Has oído hablar de ellos,los has visto en las películas y has leído que existen en los cuentos de hadas,pero tienes más posibilidades de cagar uno que de encontrarlo en la vida real.
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Besos rojos de Isabelle Ronin
─Sabe lo que necesitas y lo que quieres incluso antes de que tú te des cuenta ─continuó─. Te ayuda a que reconozcas lo que quieres y te dice que no tengas miedo. Tú eres demasiado cuidadosa para arriesgarte y él no, y te hace ver que a veces las cosas pueden ser muy sencillas, porque tú siempre lo ves todo muy difícil. Piensas demasiado, y a veces no hace falta. No necesitas hacer que las cosas sean más complicadas.
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Deseos rojos de Isabelle Ronin
Sé niña, sé adulta, sé mujer, pero, sobre todo, sé tú misma. Simplemente, sé tú misma. Sea lo que sea lo que quieres... eso es lo que yo quiero que seas.
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Deseos rojos de Isabelle Ronin
Un ángel expulsado del cielo tratando de encontrar el camino de vuelta. Tan solo. Tan solitario. Rechazando el amor de todos.
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Deseos rojos de Isabelle Ronin
Me di cuenta de varias cosas al mismo tiempo. En el laberinto de mi infancia, me asustaba y a la vez me excitaba no poder encontrar la salida si seguía explorando los rincones cada vez más escondidos. Pero siempre acababa encontrándola. De alguna manera, siempre me daba pistas, mantenía las puertas abiertas para mí, para que entrase y saliese a mi antojo. Kara era como aquel laberinto. La única diferencia entre ambos era que quizá esa vez no encontrase la salida.
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Deseos rojos de Isabelle Ronin
—¿Papá? —¿Sí? —Tú nunca me has pedido que sea nada —dije en voz baja, mirando fijamente mi taza—. Nunca me has dicho lo que quieres que sea. —Eso es porque ya eres lo que quiero que seas. |
Deseos rojos de Isabelle Ronin
—¡No, Tal! No seas boba —me reí—. Aunque, bueno... Supongo que sí. Es que, ¡vamos a ver! Era para irme corriendo... No va con segundas. —La miré levantando las cejas y ella soltó una carcajada—. Pero no me refiero a eso. Es que... —Exhalé mientras intentaba organizar mis pensamientos—. Compartir tu cuerpo con alguien... No sientes que solo le estás dando tu cuerpo. Es tu corazón, tu cuerpo y tu alma; tus vulnerabilidades, tu confianza, la totalidad de la persona que eres. Le estás dando todo eso. Le estás confiando todo eso y esperas que lo valore y que no lo utilice para destruirte. Y una vez se lo has dado, no puedes recuperar esa parte de ti nunca más. Y es aterrador. —Qué profundo. Me encanta. Y sí, entiendo lo que quieres decir —afirmó—. ¿De verdad te estás enamorando de don Complicado y Misterioso? |
Deseos rojos de Isabelle Ronin
Sus ojos se encontraron brevemente con los míos, y juro por Dios que sentí un espasmo en todo el cuerpo. Supe que no me olvidaría de aquel momento en toda mi vida. Me quedé completamente paralizado; temía moverme y descubrir que todo había sido un sueño.
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Deseos rojos de Isabelle Ronin
La vida era cruel. Porque yo era lo bastante realista como para entender que nunca podría ser más que eso. Él no estaba hecho para alguien como yo. Pronto se esfumaría y sería como si nunca nos hubiésemos conocido. Y lo más triste era que yo me quedaría con todos los recuerdos. La gente siempre me dejaba con sus recuerdos, como si yo fuese una caja en la que dejar toda la mierda que ya no querían. Solo recuerdos. Siempre recuerdos. |
Besos rojos de Isabelle Ronin
─Te echaba de menos ─susurré. Él apoyó la barbilla en mi cabeza y me estrechó fuertemente. ─Dilo otra vez ─me rogó. ─Te echaba de menos, Caleb. Lo oí suspirar y noté que relajaba los hombros, como si acabara de quitarse un gran peso de encima. ─Me haces muy feliz cuando dices eso. ─Siento no decírtelo más a menudo. |
Sueños rojos de Isabelle Ronin
─Es una de mis partes preferidas de Alicia en el país de las maravillas. Alicia le pregunta al Conejo Blanco: «¿Cuánto tiempo es para siempre?» , y el Conejo Blanco responde: «A veces, para siempre es solo un segundo». Y esto... ─Me besó en los labios ─. Hace que sienta que será para siempre- ─Me miró a los ojos─. ¿Y cómo no voy a desear que así sea?
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Sueños rojos de Isabelle Ronin
─No importa cuánto intentes proteger a la gente que quieres, Caleb. No puedes hacerlo. Únicamente puedes apoyarles, estar ahí. No puedes elegir su camino, porque solo les pertenece a ellos. Es su lucha, no la tuya.
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El nombre de la nación desde donde se organizan los juegos cada año es...