Nada más verte de Isabel Keats
(…) Stephen Allen podía llegar a ser un hombre muy atractivo. Su figura, a pesar de que él se empeñaba en ocultarla bajo esas chaquetas deformes y pasadas de moda, era imponente y su rostro de rasgos fuertes, con su nariz larga y recta y su mandíbula cuadrada, resultaba muy masculino. Desde luego, era una pena que el tipo se disfrazara de fantoche, se dijo. (…) |