Y eran una sola sombra de Isabel-Cristina Arenas Sepúlveda
Esto sería lo que hubiera cambiado de mis recuerdos con ella, haberle dicho: No mamá, no, esa plata es nada más que suya. Convencerla y haberos ido las dos a Cartagena a ver a la tía Belisa, y que de pronto nos hubiéramos quedado a vivir allá las tres juntas.
|