¡Malditas piruletas rojas! de Iris Romero Bermejo
En nuestra ruptura se hicieron añicos dos corazones, no solo el mío. Ayer lo vi casi en un parpadeo. Como cuando caminas por la misma calle durante meses y, de repente, te detienes ante un escaparate que siempre ha estado ahí, pero en el que nunca has reparado. Y cuando lo haces, te das cuenta de todas las cosas que te has perdido por andar mirando siempre tus propios zapatos.
|