Génie la loca de Inès Cagnati
"Cuando atravesaba así el pueblo, cosa que rara vez hacía, pues la mayoría de las veces, para dirigirse a las granjas, lo esquivaba tomando atajos o yendo campo através, la gente se callaba para observarla llegar, pasar, alejarse. No le sonreían. No la saludaban con jovialidad. Ella cruzaba, con la mirada perdida, yo corría tras ella y la gente la miraba. Si tenían que dirigirle la palabra, le decían: - Génie la loca. Nunca: - Eugene. Ni: - Señora. Siempre: - Génie la loca." |