El espectador de Imre Kertész
Cómo me faltan las tardes en el hospital, de donde me marchaba con lágrimas en los ojos… Su mano lánguida que alcanzaba para saludar… Ayer todavía me acariciaba la cabeza, me abrazaba, me besaba… Su cuerpo enloqueció, se desprendió de ella y se llevó de mí… Lo siento todo mucho, mucho, y lo sentiré eternamente…
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