La novela nos lleva al Edificio Telefónica de Madrid durante cuatro días de la Guerra Civil Española, del 16 al 19 de diciembre de 1936, siguiendo el día a día de varios personajes: corresponsales extranjeros, refugiados del sótano, militares de la República, comunistas, anarquistas y de los dos personajes principales, la censora alemana Anita y el comandante Agustín Sánchez."Ay Dios, ojalá no estuviera presa de esas expresiones tan manoseadas. Es demasiado fácil. No puedo escribir. Tendría que censurar mi propio artículo. Estos españoles no permiten que se escriba la verdad. Y la verdad, ¿qué es? Nosotros tampoco entendemos su verdad. Aquí hace un frío tremendo. Y todo tan desordenado. Apesta a tabaco americano. Prefiero quedarme en este lado de la sala; si estalla un obús ahí fuera no tengo por qué ponerme precisamente en su camino. O una granada en esta sala. Ni siquiera llevo puesta ropa interior limpia". Anita llega como censora a la oficina de prensa extranjera de la Telefónica y a los cinco minutos cae mal a todo el mundo, sobre todo a las mujeres españolas que trabajan allí y eso es precisamente lo que peor me ha caído del libro, lo mal que se retrata a las mujeres y las relaciones tan malas que tienen, siempre basadas en los celos. La historia de Anita y Agustín podría haber desaparecido del relato y el libro habría ganado muchísimos puntos. Por lo demás, como documento de la guerra está bien, resulta curioso por la localización y cómo explica las inquinas que se tenían unos a otros dentro del ejército de la República, que no era ni mucho menos un frente común. "En cuanto la censura comenzó a trabajar más rápido y fue más suave con los artículo que no mencionaban cuestiones relativas a la seguridad militar, el ambiente entre muchos corresponsales empezó a cambiar. Claro que otros - entre ellos no pocos que más tarde escribirían libros sobre la Guerra Civil - solo veían a la "chusma roja" y no estaban dispuestos a distinguir entre entre anarquistas, anarcosindicalistas, socialistas, comunistas o simples republicanos, a pesar de que las diferencias eran profundas, a veces incluso llegaban a la lucha armada, lo que dificultaba infinitamente la organización en el lado republicano".Lo que más me ha gustado es el relato de la propia Ilsa al final del libro, en el que explica su experiencia, ya sin literatura de por medio, en la Guerra Civil.
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