![]() |
Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
No soy más que un humilde sacerdote, pero si a mí unos hombres me hubieran humillado, vejado, torturado, traicionado y vendido, como hicieron con usted los bribones de que me ha hablado, sería como el árabe del desierto… Sí, me entregaría en cuerpo y alma a la venganza. No me importaría acabar mi vida colgado de una horca, sentado en el garrote vil, empalado o guillotinado, como en su país; pero no me dejaría cortar la cabeza antes de haber aplastado a mis enemigos bajo mis pies
|