Bartleby, el escribiente (Edición Ilustrada) de Herman Melville
El vínculo de una humanidad compartida me arrastró entonces a una melancolía irresistible.
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Bartleby, el escribiente (Edición Ilustrada) de Herman Melville
El vínculo de una humanidad compartida me arrastró entonces a una melancolía irresistible.
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Billy Budd, marinero de Herman Melville
Cuarenta años después de una batalla, es muy fácil para un no combatiente razonar acerca de cómo debería haberse peleado. Es muy distinto dirigir personalmente la acción bajo el fuego, mientras se está envuelto en su oscuro humo.
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Bartleby, el escribiente de Herman Melville
Ah, la felicidad busca la luz, por eso juzgamos que el mundo es alegre; pero el dolor se esconde en la soledad, por eso juzgamos que el dolor no existe.
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Bartleby, el escribiente de Herman Melville
-Preferiría no hacerlo. Con cualquier otro hombre me hubiera precipitado en un arranque de ira, desdeñando explicaciones, y lo hubiera arrojado ignominiosamente de mi vista. Pero había algo en Bartleby que no sólo me desarmaba singularmente, sino que de manera maravillosa me conmovia y desconcertaba |
Moby Dick de Herman Melville
No está marcada en ningún mapa: los sitios de verdad no lo están nunca.
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Moby Dick de Herman Melville
Llamadme Ismael. Años atrás —no importa cuánto hace exactamente—, con poco o ningún dinero en mi bolsillo y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que podría navegar por algún tiempo y visitar la parte acuática del mundo.
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Bartleby, el escribiente de Herman Melville
Una mañana apareció un joven apacible ante las puertas de la oficina, que al ser verano estaban abiertas. Todavía puedo ver aquella figura, pálidamente pulcra, lastimosamente respetable, incorregiblemente desolada. ¡Ese era Bartleby!
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Moby Dick de Herman Melville
¿Cómo sorprenderse, entonces, de que los de Nantucket, nacidos en una playa, se hagan a la mar para ganarse la vida? Primero buscaban cangrejos y quahogs en la arena; volviéndose más atrevidos, se metieron por el agua con redes a pescar caballa; más expertos, partieron en barcos a capturar bacalaos; y por fin, lanzando una armada de grandes barcos por el mar, exploraron este acuático mundo, pusieron un incesante cinturón de circunnavegaciones en torno de él, se asomaron al estrecho de Bering, y en todas las épocas y océanos, declararon guerra perpetua a la más poderosa masa animada que ha sobrevivido el Diluvio, la más monstruosa y la más montañosa; ese himalayano mastodonte de agua salada, revestido de tal portento de poder inconsciente, que sus mismos pánicos han de temerse más que sus más valientes y malignos asaltos.
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Bartleby, el escribiente de Herman Melville
Lo que vi esa mañana me convenció que el amanuense era la víctima de un mal innato e incurable. Yo podía dar una limosna a su cuerpo; pero su cuerpo no le dolía; tenía el alma enferma, y yo no podía llegar a su alma.
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Bartleby, el escribiente de Herman Melville
De otros copistas yo podría escribir biografías completas; nada semejante puede hacerse con Bartleby.
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Moby Dick de Herman Melville
Y es que en este mundo, queridos amigos del mar, el pecado que paga su asiento puede viajar libremente y sin pasaporte, mientras que la pobre virtud se ve detenida en todas partes y en todas las fronteras.
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Moby Dick de Herman Melville
Hay en ese extraño caos que llamamos la vida algunas circunstancias y momentos absurdos en los cuales tomamos el Universo todo por una inmensa broma pesada, aunque no logremos percibir con claridad en qué consiste su gracia y sospechemos que nosotros mismos somos las víctimas de las burlas.
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Bartleby, el escribiente de Herman Melville
Ah, la felicidad busca la luz, por eso juzgamos que el mundo es alegre; pero el dolor se esconde en la soledad, por eso juzgamos que el dolor no existe.
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Moby Dick de Herman Melville
Ahab no caía de rodillas, como aquéllos, al contrario, identificado en su delirio esa imagen del mal con la de la aborrecida ballena, se arrojaba contra ella, mutilado como estaba
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Moby Dick de Herman Melville
Estamos profundamente persuadidos de que el dinero es la raíz de todos los males terrenos, y de que no existe la menor posibilidad de que un hombre rico entre al cielo.
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Moby Dick de Herman Melville
No sé lo que puede llegar, pero sea lo que sea, iré hacia ello riéndome.
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Billy Budd, marinero de Herman Melville
En la guerra un capellán , lisa y llanamente, es el ministro del príncipe de la paz, entre las huestes del dios de la guerra.
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Billy Budd, marinero de Herman Melville
¿ha confesado alguien, seriamente, que envidia? Algo hay en ella universalmente intuido que es más vergonzoso que el más horrendo de los crímenes.
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¿Cómo se llama el barco ballenero en el que se narra la travesía?