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El Eco de Henry James
Los ecos de sociedad de cada rincón del globo, suministrados por las figuras prominentes en persona (Ah, se les puede comprar, ¡ya lo verá!), servidos día a día y hora a hora con todos los desayunos de Estados Unidos: eso es lo que quiere el pueblo americano y eso es lo que va a recibir el pueblo americano (...). Yo voy a tirar por los secretos, por la chronique intime, como dicen aquí; lo que quiere la gente es justo lo que no se cuenta, y yo voy a contarlo. ¡Ah, sin duda, van a recibir perlas cultivadas! Además, ya no vale eso de clavar una señal de «privado» pensando que uno se puede ceñir la plaza para sí solo. No se puede; no se puede impedir la entrada a la luz de la Prensa. Así que lo que voy a hacer es instalar la lámpara más grande que jamás se ha visto y conseguir que luzca en todas partes. ¡Ya veremos entonces quién es el reservado! Haré que sean ellos mismos los que vengan en tropel a dar información
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