Lo que Maisie sabía de Henry James
-¡Pobre chiquilla! -exclamó al fin, y aquellas palabras que significaron el epitafio en la tumba de la infancia de Maisie. La abandonaron a su destino.lo que estaba claro a los ojos de cualquiera era que el único lazo que la uni a sus padres era el hecho lamentable de que fuese un recipiente en el que verter la amargura, una frágil taza de porcelana en la que mezclar ácidos corrosivos.
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