Un reflejo velado en el cristal de Helen McCloy
-He leído todos los libros canónicos de filosofía, ciencia y religión. No tienen nada que ver con la urgencia de la vida real o los problemas personales. ¿Acaso esos hombres que juegan una especie de partida de ajedrez intelectual con ellos mismos tienen idea de cuánto desea la gente corriente que está en apuros una respuesta que satisfaga tanto al corazón como a la razón? Uno les pide pan y ellos te dan... palabras. ¿Cómo podré vivir con una cosa así? ¿Qué va a ser de mí?
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