La mujer del vikingo de Heather Graham
Rhiannon albergaba muchas cosas en su interior, había muchas emociones en las maravillosas luces plateadas de sus ojos: su dolor tan rápidamente revelado y tan rápidamente disimulado; la risa, tan rara vez dedicada a él; la ternura, la furia de una tormenta, la tempestad del mar, la rabia de una tigresa. Todas esas cosas guardaba en su interior. Y su genio, siempre explosivo, cambiaba con la dirección del viento. Solo un loco podía amarla… Y él la amaba. |