Naranja de sangre de Harriet Tyce
Se va antes de que pueda seguir discutiendo. Me desplomo sobre el sillón del rincón. Ojalá no me hubiese emborrachado tanto. Me limpio los mocos y las lágrimas de la cara con la manga de la chaqueta, hasta que mi cabeza se derrumba sobre mi hombro y pierdo la conciencia.
|