El último oso de Hannah Gold
La mayoría de los humanos no se da cuenta de cuando un animal sufre porque estos no muestran sus emociones de la misma forma que nosotros. Pero April sabía que el hecho de que no pudieran verse sus sentimientos en el rostro no significaba que no los tuviesen. Y los de Oso eran tan reales como los de cualquier humano: inmediatos, desnudos, crudos.
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