LA CRISIS DE LA NARRACION de Han Byung-Chul
Percibimos la realidad casi exclusivamente a través de la pantalla digital. Ya no es más que un fragmento de la pantalla.
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LA CRISIS DE LA NARRACION de Han Byung-Chul
Percibimos la realidad casi exclusivamente a través de la pantalla digital. Ya no es más que un fragmento de la pantalla.
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LA CRISIS DE LA NARRACION de Han Byung-Chul
Que la percepción sea cada vez más narcisista conlleva la desaparición de la mirada. El narcisismo acaba con la mirada, es decir, con el otro, y la sustituye por una imagen especular imaginaria. El smartphone acelera la expulsión de lo distinto. |
LA CRISIS DE LA NARRACION de Han Byung-Chul
Ya los diálogos platónicos dejan bien claro que la filosofía es una narración.
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LA CRISIS DE LA NARRACION de Han Byung-Chul
La filosofia como poesía (mito) es un riesgo, un riesgo maravilloso. Narra una nueva forma de vivir y de ser, y hasta se arriesga a practicarla.
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LA CRISIS DE LA NARRACION de Han Byung-Chul
Las historias, al fomentar la capacidad de empatía, crean vínculos entre las personas. Generan una comunidad. En la época del smartphone, la pérdida de empatía es una elocuente señal de que ese aparato no es un medio para narrar. Ya su dispositivo técnico dificulta contar historias. Teclear o deslizar el dedo no son gestos narrativos. El smartphone solo permite un intercambio acelerado de información. Además, para narrar hace falta que se escuche atentamente y se preste atención concentrada. La comunidad narrativa es una comunidad de personas que escuchan con atención. Pero es evidente que estamos perdiendo la paciencia para escuchar con atención, e incluso la paciencia para narrar.
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LA CRISIS DE LA NARRACION de Han Byung-Chul
La felicidad no es un acontecimiento puntual. Es como un cometa con una cola muy larga, que llega hasta el pasado. Se nutre de todo lo que se vivió. Su forma de manifestarse no es brillar, sino fosforescer. Debemos a la felicidad la salvación del pasado. Para salvar el pasado se necesita una fuerza tensora narrativa que lo acople al presente y le permita seguir repercutiendo en él, e incluso resucitar en él.
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LA CRISIS DE LA NARRACION de Han Byung-Chul
La decadencia de la filosofía comienza en el momento en que ella pretende ser una ciencia, e incluso una ciencia exacta. La filosofía como ciencia abjura de su original carácter narrativo. A causa de ello se queda sin habla. Enmudece. La filosofía académica, que se limita a administrar la historia de la filosofía, es incapaz de narrar. No es un riesgo, sino una burocracia. Por eso, la actual crisis de la narración afecta también a la filosofía y le depara su final. Hemos perdido la audacia para la filosofía, la audacia para la teoría, es decir, hemos perdido la audacia para la narración. Deberíamos ser conscientes de que, en el fondo, pensar no es otra cosa que narrar, y de que el pensamiento avanza con pasos narrativos.
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La sociedad del cansancio de Han Byung-Chul
los milagros son originados por la acción heroica, a la cual el ser humano es obligado por el hecho de haber nacido.
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La sociedad del cansancio de Han Byung-Chul
Nada es constante y duradero. Ante esta falta de Ser surgen el nerviosismo y la intranquilidad.
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La sociedad del cansancio de Han Byung-Chul
La inspiración del cansado dice menos lo que hay que hacer que lo que hay que dejar.
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La sociedad del cansancio de Han Byung-Chul
El hombre no ha nacido para trabajar. Quien trabaja no es libre. Según Aristóteles, el hombre libre es alguien que no depende de las necesidades de la vida ni de sus coerciones. Dispone de tres formas de vida libre. En primer lugar, la vida que se consagra al disfrute de las cosas bellas. Luego, la vida que produce acciones bellas en la polis. Y, por último, la vida contemplativa, que investigando lo que nunca perece se mantiene en el ámbito de la belleza permanente. Por consiguiente, realmente libres son los poetas, los políticos y los filósofos.
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La sociedad del cansancio de Han Byung-Chul
Somos zombis de la salud y del fitness, zombis del rendimiento y del bótox. De este modo, hoy estamos demasiado muertos como para vivir y somos demasiado vitales como para morir.
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La sociedad del cansancio de Han Byung-Chul
El deber tiene un límite. La capacidad, por el contrario, no lo tiene: está abierta por arriba.
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La sociedad del cansancio de Han Byung-Chul
Nos matamos a base de optimizarnos para poder funcionar mejor. Un mejor funcionamiento se interpreta fatídicamente como mejora del yo.
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La sociedad del cansancio de Han Byung-Chul
La coerción a aportar rendimientos priva del lenguaje a tales sentimientos. Dicho sujeto ya no es capaz de trabajar en el conflicto, pues tal trabajo simplemente requiere demasiado tiempo. Más fácil resulta echar mano de los antidepresivos, que rápidamente lo vuelven a hacer a uno capaz de funcionar y de aportar rendimientos.
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La sociedad del cansancio de Han Byung-Chul
Los "amigos" que se agregan en las redes sociales cumplen sobre todo la función de incrementar el sentimiento narcisista de sí mismo, constituyendo una muchedumbre que aplaude y que presta atención a un ego que se expone como si fuera una mercancía.
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La sociedad del cansancio de Han Byung-Chul
Lo que causa la depresión -la cual a su vez desemboca a menudo en el burnout o "síndrome del trabajador quemado"- es más bien una relación excesivamente tensa, sobreexcitada y narcisista consigo mismo que acaba asumiendo rasgos destructivos. El sujeto que se ve forzado a aportar rendimientos y que termina quedando extenuado y siendo depresivo, por así decirlo, acaba desazonado de sí mismo. Se siente cansado, hastiado de sí y harto de pelear contra sí mismo. Totalmente incapaz de salir de sí mismo, de estar afuera, de confiar en el otro y en el mundo, se obceca consigo mismo, lo cual conduce, paradójicamente, a la horadación y al vaciamiento del yo. Se encierra en una rueda de hámster que gira cada vez más rápido sobre sí misma.
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La sociedad del cansancio de Han Byung-Chul
El exceso del aumento de rendimiento provoca el infarto del alma.
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La sociedad del cansancio de Han Byung-Chul
Es una ilusión pensar que cuanto más activo uno se vuelva, más libre es.
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La guerra del fin...