La máquina del tiempo de H.G. Wells
Tengo dos flores blancas, ya medio marchitas, para atestiguar que aun cuando la inteligencia y la fuerza habían desaparecido, la gratitud y una mutua ternura aún se alojaban en el corazón del hombre.
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Calificación promedio: 5 (sobre 356 calificaciones)
/El ciclo de encuentros El pecado de leer llega a su cuarta edición con la propuesta de explorar a través de la lectura muchas de las circunstancias, situaciones o sustancias que hacen que nuestra mente se desordene. Los estados alterados, realidades alternativas, percepciones desmesuradas en ocasiones entendidas como estados de locura, nos muestran una realidad otra en la que nosotros somos otros también. Novelistas, poetas, ensayistas y periodistas, todos ellos lectores, compartirán con nosotros sus lecturas del catálogo de El libro de bolsillo de Alianza Editorial y nos contarán cuál es el estado alterado que encuentran en los libros. Porque hay otros mundos, y están todos en este. 5 ciudades, 4 estados alterados, 45 libros y un secreto Pánico, euforia, alucinación y enamoramiento. En cada encuentro, dos invitados y un moderador hablarán sobre uno de los estados alterados a través de los libros de bolsillo de Alianza Editorial. Comisaria del ciclo: Giselle Etcheverry Walker Pánico Martes 27 febrero 2024 19.00 h Librería Gil Calle Hernán Cortés, 23 39003, Santander Invitados: Rafael Manrique, psiquiatra y ensayista, hablará sobre: El Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de R.L. Stevenso y Maestros antiguos, de Thomas BernhardCristina Sánchez-Andrade, escritora, hablará sobre: El dolor, de Marguerite Duras y Juan Belmonte, matador de toros, de Manuel Chaves Nogales Introduce y modera: Guillermo Balbona, crítico de cine y poeta Otros títulos sobre el pánico: El caso de Charles Dexter Ward, de H.P. Lovecraft Cuentos 1, de E. A. Poe La isla del Dr. Moreau, de H.G. Wells Cuentos negros, de Ambrose Bierce El guardavía y otros cuentos de miedo,de Charles DickensDrácula, de Bram Stoker
La máquina del tiempo de H.G. Wells
Tengo dos flores blancas, ya medio marchitas, para atestiguar que aun cuando la inteligencia y la fuerza habían desaparecido, la gratitud y una mutua ternura aún se alojaban en el corazón del hombre.
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La máquina del tiempo de H.G. Wells
No hay inteligencia allí donde no hay cambio ni necesidad de cambio.
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La isla del Dr. Moreau de H.G. Wells
Anteriormente, aquellos Monstruos habían sido bestias, con sus instintos perfectamente adaptados al entorno, y eran felices como cualquier ser vivo. Ahora habían topado con los grilletes de la humanidad y vivían en constante temor, atormentados por una Ley que no acertaban a comprender
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La guerra de los mundos de H.G. Wells
se nos ha arrancado esa confianza tranquila en el porvenir que es la fuente más segura de degeneración; deben las ciencias a estos sucesos inapreciables dones y han contribuido considerablemente al progreso de la solidaridad entre los hombres.
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La isla del Dr. Moreau de H.G. Wells
Supongo que todo en esta vida cobra el matiz del color predominante en su entorno
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La máquina del tiempo de H.G. Wells
Una ley natural que olvidamos , es que la versatilidad intelectual es la compensación del cambio, del peligro y de la inquietud. Un animal en perfecta armonía con su medio ambiente es un perfecto mecanismo. La naturaleza no hace nunca un llamamiento a la inteligencia, como el hábito y el instinto no sean inutiles. No hay inteligencia allí donde no hay cambio ni necesidad de cambio. Sólo los animales que cuentan con inteligencia tienen que hacer frente a una enorme variedad de necesidades y de peligros.
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La máquina del tiempo de H.G. Wells
Los Eloi, como los reyes carlovingios, habían llegado a ser simplemente unas lindas inutilidades. Poseían la tierra por consentimiento tácito, desde que los Morlocks, subterráneos hacía innumerables generaciones, habían llegado a encontrar intolerable la superficie iluminada por el sol. Y los Morlocks confeccionaban sus vestidos, infería yo, y subvenían a sus necesidades habituales, quizá a causa de la supervivencia de un viejo hábito de servidumbre.
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La guerra de los mundos de H.G. Wells
Los marcianos serán una bendición para ellos. Bonitas jaulas, bien aireadas; alimentos de primera; nada de preocupaciones. Después de una semana de andar corriendo por los campos sin nada de comer, irán por su propia voluntad a que los capturen. Al cabo de un tiempo estarán contentos y se preguntarán qué hacía la gente antes de que los marcianos se hicieran cargo de las cosas.
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La máquina del tiempo de H.G. Wells
Estamos escapando siempre del momento presente. Nuestras existencias mentales, que son inmateriales y que carecen de dimensiones, pasan a lo largo de la dimensión del Tiempo con una velocidad uniforme, desde la cuna hasta la tumba. Lo mismo que viajaríamos hacia abajo si empezásemos nuestra existencia ochenta kilómetros por encima de la superficie terrestre.
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La máquina del tiempo de H.G. Wells
-Pero la máquina es una simple paradoja –dijo el Director del diario. –No puedo discutir esta noche. No tengo inconveniente en contarles la aventura, pero no puedo discutirla. Quiero –continuó- relatarles lo que me ha sucedido, si les parece, pero deberán abstenerse de hacer interrupciones. Necesito contar esto. |
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