Cuentos esenciales de Guy de Maupassant
Y él sufría aquel hechizo femenino, misterioso y omnipotente, aquella fuerza desconocida, aquella prodigiosa dominación, nacida no sabía de dónde, del demonio de la carne, y que pone al hombre más equilibrado a los pies de una cualquiera sin que nada en ella explique su poder fatal y soberano.
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