Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer
....Me cuesta trabajo saber qué cosas he soñado y cuáles me han sucedido. Mis afectos se reparten entre fantasmas de la imaginación y personajes reales....
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Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer
....Me cuesta trabajo saber qué cosas he soñado y cuáles me han sucedido. Mis afectos se reparten entre fantasmas de la imaginación y personajes reales....
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Ojos verdes, Los de Gustavo Adolfo Bécquer
“Todo allí es grande. La soledad, con sus mil rumores desconocidos, vive en aquellos lugares y embriaga el espíritu en su inefable melancolía”
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Ojos verdes, Los de Gustavo Adolfo Bécquer
“La fuente de los Alamos, en cuyas aguas habita un espíritu del mal. El que osa enturbiar su corriente paga caro su atrevimiento”
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El monte de las ánimas de Gustavo Adolfo Bécquer
La imaginación es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle de la rienda.
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Rimas y leyendas. Cartas desde mi celda de Gustavo Adolfo Bécquer
Mi vida es un erial flor que toco se deshoja; que en mi camino fatal alguien va sembrando el mal para que yo lo recoja. |
Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer
"En efecto, Manrique amaba la soledad, y la amaba de tal modo, que algunas veces hubiera deseado no tener sombra, porque su sombra no le siguiese a todas partes. Amaba la soledad porque en su seno, dando rienda suelta a la imaginación, forjaba un mundo fantástico, habitado por extrañas creaciones, hijas de delirios y sus ensueños de poeta, porque Manrique era poeta; ¡tanto!, que nunca le habían satisfecho las formas en que pudiera encerrar sus pensamientos y nunca los había encerrado al escribirlos." (Pág. 130). |
Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer
"Esto, sobre poco más o menos, era Esteban en cuanto al físico. Respecto a su moral, podía asegurarse, sin temor de ser desmentido ni por él ni por ninguna de las personas que le conocían, que era perfectamente simple, aunque un tanto suspicaz y malicioso, como buen rústico." (Pág. 221).
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El Gnomo de Gustavo Adolfo Bécquer
¡Desdichado el que, teniendo alas, desciende a las profundidades para buscar el oro, pudiendo remontarse a la altura para encontrar amor y sentimiento!
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El Gnomo de Gustavo Adolfo Bécquer
Mis tesoros son inmateriales; pero con ellos dan la paz del alma y la vaga felicidad de los sueños venturosos.
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Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer
EL AGUA.- Yo he cruzado el tenebroso seno de la tierra, he sorprendido el secreto de su maravillosa fecundidad y conozco todos los fenómenos de sus entrañas, donde germinan las futuras creaciones. Mi rumor adormece y despierta. Despierta tú, que lo comprendes.
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Gustavo Adolfo Bécquer
La vida no es la vida que vivimos, la vida en el honor, es el recuerdo. Por eso hay hombres que en el Mundo viven, y hombres que viven en el Mundo muertos. |
Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer
Mientras se sienta que se ríe el alma, sin que los labios rían, mientras se llore sin que el llanto acuda a nublar la pupila, mientras el corazón y la cabeza batallando prosigan, mientras haya esperanzas y recuerdos, ¡habrá poesía! |
Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer
Por los tenebrosos rincones de mi cerebro acurrucados y desnudos duermen los extravagantes hijos de mi fantasía esperando en silencio que el Arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo.
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Rimas y leyendas. clasicos de siem-pre de Gustavo Adolfo Bécquer
“Perdona este involuntario sentimiento de egoísmo [...]; lloro por mí. Lloro la vida que me huye [...]”
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Rimas y leyendas. clasicos de siem-pre de Gustavo Adolfo Bécquer
“-¿Y a dónde vas? -No lo sé: ¿lo sabe acaso el viento que me empuja?” |
Rimas y leyendas. clasicos de siem-pre de Gustavo Adolfo Bécquer
“Los sueños son el espíritu de la realidad con las formas de la mentira [...]”
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El monte de las ánimas de Gustavo Adolfo Bécquer
Una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle de la rienda.
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Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer
No me preguntes por qué lloro, no me lo preguntes, pues ni yo sabré contestarte ni tú comprenderme. Hay deseos que se ahogan en nuestra alma de mujer.
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La edad de la inocencia