Guillermo Cabrera Infante
Dicho sea de paso, en París era una fiesta, Ernest Hemingway dice de Gertrude Stein que su cabeza estaba cubierta de pelo inmigrante. No puedo evitar ver el pelo rizado de la señora Stein sobre su cabeza de emperador romano navegando de un lado a otro, de la nuca al frontón etrusco, siempre moviéndose ese pelo inmigrante para el que partir era una fiesta, tratando de emigrar y a la vez eludir a los agentes de inmigración. ¡El cabello se riza! Algunos textos te hacen eso, como sabes.
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