Puro Humo de Guillermo Cabrera Infante
Dios nos obliga a elegir a cada rato entre dos judíos: Caín o Abel, Jesús o Judas, Marx o Engels, Freud o Willhem Reich, Lou Andreas Salomé o Alma Mahler, Gropius, Werfel, etc, etc. Ahora es Mel Brooks o Woody Allen. Dios se comporta a veces como un tahúr: cuando no está jugando a los dados con el universo nos está forzando a elegir una carta, cualquier carta. O un carcamán si me apuras. Pero entre Mel y Woody, demonios, ¡Si ni siquiera se llaman Mel y Woody! Bueno, denme entonces a Mel. No puede bailar pero al menos canta un poco y grita, ya ve (No, no ese Yavhé). Prefiero un comediante ruidoso a uno ruin. Aparte, entre la parodia y la paráfrasis, me quedo con la parodia cada día. Y cada noche. Como con la esclavitud siempre preferiré la libertad. Eso también se aplica a los grandes almacénes: ¡Liberty¨s o muerte! Se puede usted quedar con Herod¨s y Marx y Spengler, yo me quedaré con Brook´s en vez de Wood´s. ¿Te parece bien, Señor? Lo sé. Mel fuma puros y Woody los odia. Pero créanme que eso no ha tenido que ver con mi elección. Elegir es humano, la elección correcta es divino -y yo nunca podría adivinar: ni siquiera con un soplo di vino.
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