Física de la tristeza de Gueorgui Gospodínov
No puedo ofrecer una narración lineal porque tampoco lo son los laberintos ni las historias.
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Física de la tristeza de Gueorgui Gospodínov
No puedo ofrecer una narración lineal porque tampoco lo son los laberintos ni las historias.
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Las tempestálidas de Gueorgui Gospodínov
Hay una especie de memoria acústica, tantos han aullado en ese sótano.
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Física de la tristeza de Gueorgui Gospodínov
Exhalas la palabra, es ligera, hinchas sus velas y la mandas hacia el puerto de otra persona. Puede que muera antes de arribar, puede que se vaya a pique por el camino, que choque con la flotilla de las palabras ajenas. No sabría decir si es eso fugacidad o una inconmesurable eternidad.
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Física de la tristeza de Gueorgui Gospodínov
Es notoria la ausencia de niños en la mitología griega. Si admitimos que la antigüedad es la infancia de la humanidad, ¿cómo es que no hay niños en esa infancia? Es como si en ese lugar donde todos se comportan como niños, los niños de verdad fueran indeseados.
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Física de la tristeza de Gueorgui Gospodínov
Antes sabía estar dentro de todo, ser todo. Ahora, en la ineptitud de mis años de madurez, quiero conservarlo todo a mi lado como una pequeña compensación por lo que he perdido.
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Las tempestálidas de Gueorgui Gospodínov
La vida real del mundo y del hombre puede describirse a través de unas cuantas tardes, a través de la luz de unas cuantas tardes, que son las tardes del mundo.
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Física de la tristeza de Gueorgui Gospodínov
Entonces brota el miedo, siente que lo llena por dentro como cuando llenan en la fuente el pequeño cántaro, el agua crece, empuja el aire hacia fuera y rebosa. El chorro del miedo es demasiado fuerte para su cuerpo de tres años y lo colma enseguida, amenaza con dejarlo sin aire. Ni siquiera puede llorar. El llanto necesita aire, el llanto es una larga y sonora exhalación del miedo.
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Física de la tristeza de Gueorgui Gospodínov
¿Qué pasaba con los nombres después de que sus dueños murieran? ¿Quedaban libres? ¿Seguían significando algo los nombres o se descomponían como los cuerpos que había debajo de ellos, dejando tan solo los huesos de las consonantes? Las palabras son nuestras primeras maestras en la muerte. La primera señal de ruptura entre los cuerpos y sus nombres.
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Las tempestálidas de Gueorgui Gospodínov
Cuanto más olvida una sociedad, tanto más alguien fabrica, vende y rellena con sucedáneos de memoria los nichos desocupados.
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La edad de la inocencia