Diez de Gretchen McNeil
Había visto algo con el rabillo del ojo. Solo un movimiento, una mancha de oscuridad a través de la ventanas empañadas por la lluvia, acto seguido oyó el sonido amortiguado de las pisadas de alguien que subía la escalera del patio, y luego la puerta chirrió al abrirse y se cerró de golpe. |