La operadora de Gretchen Berg
Aunque se suponía que no debían hacerlo, Vivian y las chicas sentadas ante los paneles de Ohio Bell en la East Liberty Street escuchaban las llamadas telefónicas. Cada día, introducían las clavijas en los agujeros, subían el interruptor y se pegaban a los auriculares para enterarse de lo que ocurría en Wooster. Se podría decir que eran los oídos del pueblo. Aunque si de Vivian dependiera, serían mucho más. Vivian te diría que tenía un conocimiento realmente agudo de la gente y de sus caracteres, y las escuchas en Bell no hacían más que mejorarlo. (…) |