La operadora de Gretchen Berg
Aquello era lo que tenían las ciudades pequeñas. Todo el mundo sabía de los asuntos de los demás. Por supuesto, Vivian sabía de los asuntos de los demás pero, más importante, conocía a la gente. Vivian Dalton conocía a la gente, seguro, y ella era la primera en decirlo. Decía que era más fruto de su intuición que de oír las conversaciones telefónicas privadas, pero su hija, Charlotte, diría que no, que era porque «escuchaba las llamadas a escondidas».
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