Medianoche de Gray Claudia
—Solo es esto, te lo prometo —le susurré, cuando nuestros labios se separaron—. ¿Te parece bien? ¿Podrás soportarlo? —Quiero estar contigo, Bianca —contestó—. Seas lo que seas. Pase lo que pase. |
Medianoche de Gray Claudia
—Solo es esto, te lo prometo —le susurré, cuando nuestros labios se separaron—. ¿Te parece bien? ¿Podrás soportarlo? —Quiero estar contigo, Bianca —contestó—. Seas lo que seas. Pase lo que pase. |
Gray Claudia
Giramos la esquina y allí, colocados en filas, estaban los condones. Empecé a apartar la vista, igual que hago siempre, porque esos paquetes siempre me habían dado algo de vergüenza. Así de pelele soy. Esta vez, sin embargo, me detuve. ―Tal vez deberíamos coger algunos. ―Dije. Quería que sonara femenino y cargado de confianza, pero me salió una voz chillona. ―Supongo. ―Lucas me miró durante largo rato, con dureza. ―Bianca, sabes que no hay prisa. Jugueteé con las puntas de mi pelo, que de repente se había convertido en algo fascinante. ―Ya lo sé. De verdad. Es sólo que... por si queremos... deberíamos tenerlos a mano. Sólo por si acaso. ¿Verdad? ―Sí. |
Gray Claudia
Cuando descendió hacia mi garganta, besándome a lo largo de la línea de la yugular, susurré: ―Vas a hacer que pierda el control. ―Esa es la idea. ―Lucas, no... ―Si tienes que perder el control para morderme, entonces voy a hacer que pierdas el control. ―Su mano acarició la curva de mi pecho.― ¿Hasta dónde tengo que ir? |
Despedida de Gray Claudia
Lucas me besó y sus manos empezaron a tirar de mi vestido como yo había tirado de su ropa. Le ayudé a retirar los tirantes sin interrumpir en ningún momento el beso, porque no quería dejar de tocarle. El vestido cayó al suelo. Sentí su piel contra mi piel, su olor a cedro era el único aire que podía respirar. Lo único que llevaba puesto ahora era la pulsera de coral, que brilló sobre su piel desnuda cuando me condujo hasta nuestra cama. |
Adicción de Gray Claudia
―Te equivocas. Lo haría. ―Se acercó más a mí hasta que nuestros rostros casi se tocaron―. Estás más enamorada de Lucas Ross que nunca, y yo no puedo hacer nada para cambiarlo. Eso no significa que no disfrute estando cerca de ti
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Medianoche de Gray Claudia
No quería quedarme a ver como caías en las garras de esa gente, una chica tan dulce como tú. Sobre todo sin poder hacer nada al respecto
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Contra las estrellas de Gray Claudia
Lo contrario de la fe no es la duda. Lo contrario de la fe es la certeza.
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Contra las estrellas de Gray Claudia
Ella también tiene sentimientos. A veces le gustaría volverse del revés para que la gente viera lo bueno antes que lo malo.
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Contra las estrellas de Gray Claudia
—De eso nada. Es una cuestión de fe. —Seguro que aún tienes dudas. —Lo contrario de la fe no es la duda. Lo contrario de la fe es la certeza. |
Contra las estrellas de Gray Claudia
—Génesis no es solo el planeta en el que vivimos. Es lo que creemos. Una victoria conseguida gracias al sacrificio de un inocente no es una victoria. Sería nuestro final.
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La edad de la inocencia