Diario de mi vida durante la Revolución Francesa de Grace Dalrymple Elliott
En nuestro camino de Versalles a París el populacho de Sévres se agolpaba a ambos lados de la carretera y a través de los barrotes del carruaje nos tiraba barro, piedraa, gatos muertos, zapatos viejos ... Nos llamaban perros aristócratas, mostraban una violencia terrible.
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