Hervaciana de Gonzalo Hidalgo Bayal
Hablar de ello a estas alturas, desde la distancia de la edad, es propósito arriesgado, no por pudor, no por vergüenza, sino por la dificultad de reproducir sin patetismo léxico, con sintaxis objetiva y verbo justo, al cabo de tantos años y adscrito al desencanto, los sentimientos de un joven de adolescencia tardía, sin hábitos galantes ni recursos de seducción, del que no solo no queda el menor vestigio, sino al que se mira con menosprecio y conmiseración retroactivos.
|