Pacto de lealtad de Gonzalo Giner
[…] y sintió que formaba parte de esa tercera España […] una España que nunca habría entrado en guerra, fiel a los principios de la República y de ideales moderados, la que no era ni fascista ni revolucionaria. Era esa otra España a la que nunca se la había tenido en cuenta, pero que ahora sufría las consecuencias de unos pocos que se habían creído que el destino los había puesto allí para guiar a la gente a una santa cruzada, y de otros que la querían llevar a un idealizado camino de regeneración obrera.
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