Descubrir la realidad acerca de la tortuosa vida de Juana de Castilla, te provoca una oleada de sentimientos, desde la rabia a la impotencia, de la zozobra a la fortaleza, de quién se niega a claudicar en un bucle de abuso y violencia.
Una realidad que nos es desvelada, a través de otra historia que se entrecruza, la de Lucía y Manuel, la de un viaje al pasado, que no logra captar mi atención sino más bien al contrario.
Si ya antes de iniciar su lectura, sentía cierta empatía por este personaje histórico, tras haber gritado al unísono junto a ella, no puedo sino manifestar mi sororidad y admiración hacia ella. Por no callar y ser una mujer valiente que carente de la duplicidad inherente a las mujeres de su época, no dejo de luchar por su libertad, aunque supusiera a veces tener que abstraerse de la realidad.
Y es que pese a separarnos cientos de años de historia, su tragedia sigue presente en la vida de muchas mujeres, que lúcidas y rebeldes continuamos su lucha.
Y si se trata de poner apodos que no sea el de «la loca» sino la de «la Indomable» Juana de Castilla, a la que aplaudo por ser una de las grandes mujeres de la historia, que promovió la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres.
+ Leer más