El mar detrás de Ginés Sánchez
Las leyes de ellos no están hechas para ayudarnos a nosotros, sino para defenderse de nosotros.
|
Calificación promedio: 5 (sobre 14 calificaciones)
/
El mar detrás de Ginés Sánchez
Las leyes de ellos no están hechas para ayudarnos a nosotros, sino para defenderse de nosotros.
|
El mar detrás de Ginés Sánchez
Parece que exista una ley que dice que algunos han de caer por el camino para que otros lo consigan. La cuestión es que a veces, a los que nos caímos antes, se nos olvida que el viaje no termina aquí. A mí se me olvidó, pero ahora lo he recordado. Y lo que vamos a hacer por la noche será difícil y tal vez quedemos heridos o tal vez muramos. Y, si morimos, entonces seremos uno más aquí, con vosotros, y habremos muerto para que otros puedan proseguir el viaje. Así que no os pido perdón por estar viva mientras que vosotros moristeis. Os pediría perdón si me quedase aquí más tiempo. Os lo debemos. Y somos vosotros.
|
El mar detrás de Ginés Sánchez
El mar vibra, pero no se ve nada. Todo es oscuridad. Nada en el cielo, nada a tu alrededor. Solo el ruido de la gente llamándose y chapoteando. La espuma que la gente levantaba era como rayos de angustia y de miedo. «¿Vendrám?», pensabas. «¿Vendrá alguien?». Eso pensabas primero y luego, cuando ya estabas tiritando, en el trescientos diecisiete, te preguntabas: «¿Subieron todos? ¿Quedó alguien atrás?». A veces sueño eso por la noche: que grito y grito y nadie me oye y las luces del barco, lentamente, se van alejando. Y sigo gritando y gritando y gritando y manoteo en el mar. Entonces me despierto.
|
El mar detrás de Ginés Sánchez
El problema es que somos demasiadas personas ya en el mundo. Y nos molestamos. Cuando hay mucha gente, adquieres el derecho a ver al otro como un extraño. Porque te conviertes en un egoísta. Lo haces porque te olvidas de lo que es pasar necesidad. Entonces todos los problemas están lejos y tú puedes sentarte a ver la televisión o a jugar a la Play tranquilamente. Y no quieres que venga nadie a sacarte de eso. Y eso es porque el mundo se va haciendo cada vez más pequeño. Y, al hacerse pequeño, nos damos unos a otros con los codos. Y eso pasa, Isata: que nosotras éramos así, pero que se le dio la vuelta a la tortilla y ahora somos pobres y no tenemos más que el suelo que vamos pisando. Pero ellos, ¿sabes? No son peores que nosotros, no es eso. Es que se han acostumbrado a la vida que llevan, lo mismo que nos pasaba a nosotras cuando vivíamos en el viajo país. ¿Y cómo vas ahora y les dices «Haz sitio»? No, porque ellos, en el fondo, también son pobres, lo único es que están un poco más allá del borde en que se acaba el mundo que nosotras habitamos. La pregunta es: si nosotras somos pobres y ellos son pobres, ¿quién se lo está quedando todo? Ese es el problema, Isata, y no otro.
+ Leer más |
Entre los vivos de Ginés Sánchez
Y qué más da todo, se decía, si la vida, al final, no es más que rodar y rodar hasta que al final uno se estrella
|
El mar detrás de Ginés Sánchez
Parece que exista una ley que dice que algunos han de caer por el camino para que otros lo consigan.
|
Gregorio Samsa es un ...