El último verano en Roma de Gianfranco Calligarich
... y abrí un libro tratando de abandonarme a esa embaucadora voz interior con la que leemos. Que es diferente para cada uno de nosotros si las almas son diferentes, e idéntica si son idénticas, pero en cualquier caso perfecta, sin disonancias, la voz no ejercitada que, tal vez, tenemos antes de venir al mundo gritando.
|