Un hombre que duerme de Georges Perec
No has aprendido nada, sólo que la soledad no enseña nada, que la indiferencia no enseña nada: era un engaño, una ilusión fascinante y traicionera. Estabas solo y eso es todo, y querías protegerte; que entre el mundo y tú los puentes se rompieran para siempre. Pero eres muy poca cosa y el mundo es una palabra muy altisonante...
|