El bosque de Fontainebleau de George Sand
Pues es hora de pensar en ello: la naturaleza se va. Bajo la mano del labriego los grandes árboles desaparecen, los páramos pierden sus perfumes, y hay que alejarse mucho de las ciudades para encontrar el silencio, para respirar las emanaciones de la planta libre sorprender el secreto del arroyo que murmura y fluye a su antojo. Todo son árboles talados, explanaciones, levantamientos, cercados, alineamientos, obstáculos.
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