La muerte de Danton; Woyzeck de Georg Büchner
Lo mismo da morirse en la guillotina que de fiebre o de viejo. Es preferible, incluso; salen de entre bastidores con ágil ademán y en el mutis pueden arrancarse con gráciles alharacas y hasta oír la ovación del respetable. Tiene su gracia, y es lo que mejor encaja con nosotros, estando como estamos siempre en lo alto de un escenario, aunque al final nos apuñalen de verdad.
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