Citronela: Un amor con swing de Gema Samaro
—Para mí siempre serás Pili. Mi Pili. Y lo dijo con tanto cariño y ternura que por unos instantes ella hasta se conmovió. Eso de ser la Pili de alguien molaba, pero con Guillermo no podía ser. Así que Citronela frunció el ceño y le recordó por si lo había olvidado: —No soy nada tuyo. Y ahora déjame afinar el ukelele, por favor. Guillermo se apartó, pensando que por mucho que ella dijera, él sí la sentía tan dentro que era su Pili. Y así iba a ser siempre… |