La poética del espacio: 0 de Gaston Bachelard
Nuestra quimera, que nos impulsa a vivir en los rincones, nace también, a veces, por la gracia de un simple diseño. Pero entonces, la gracia de una curva no es un simple movimiento bergsoniano de inflexiones bien colocadas. No es un tiempo que se despliega. Es también un espacio habitable que se constituye armoniosamente. Y es todavía Pierre Albert-Birot quien nos da ese "rincón-estampa", esa bella estampa de literatura. En los Poemas al otro Yo, escribe: “Y he aquí que me he convertido en un dibujo de adorno Volutas sentimentales Enroscamiento de las espirales Superficie organizada en negro y blanco Y sin embargo me acabo de oír respirar Es acaso un dibujo Soy acaso yo.” (...) La gracia de una curva es una invitación a permanecer. No puede uno evadirse de ella sin esperanza de retornó la curva amada tiene poderes de nido; es un llamamiento a la posesión. Es un rincón curvo. Es una geometría habitada. Estamos allí en un mínimo de refugio, en el esquema ultrasimplificado de un ensueño del reposo. Sólo el soñador que se colma de gozo contemplando unos bucles sabe de esas alegrías sencillas del reposo dibujado. (LOS RINCONES) |