¿Por qué leer a García Márquez hoy en día?
Narrador, periodista, guionista y activista político, García Márquez, es una figura significativa dentro de la literatura, al haber construido una crónica realista y maravillosa sobre su pueblo y continente, en géneros como la narrativa y el periodismo. Fue uno de los principales exponentes del Realismo Mágico, movimiento artístico del siglo XX en Latinoamérica, y protagonista del Boom Latinoamericano, fenómeno literario de la década de los sesenta. Sin duda un autor que traspasó toda frontera geográfica y lingüística, con sus obras, conocidas ahora en todo el mundo.
García Márquez o “Gabo” como lo llamaban sus familiares y amigos, nació en Aracataca, un pueblo del caribe colombiano, en el que creció al cuidado de sus abuelos maternos. Su abuelo, el coronel, fue también un gran narrador, le acercó a los libros y fue el primero en hacerle conocer el hielo que se encontraba en la tienda de la United Fruit Company, según cuenta en su libro de memorias Vivir para contarlo, además de ser una clara referencia al inicio de
Cien años de Soledad, novela en la que aparece también su abuela, Tranquilina Iguarán Cotes, encarnada en el personaje de Úrsula Iguarán, quien le solía contar historias sobre espíritus y fantasmas. Ambos personajes fueron fundamentales en la vida y obra de este escritor, quien recordaba ese tiempo y la casa -que también le sirvió de inspiración y que se ha convertido en museo- como algo mágico que le acompañó toda su vida y que sin duda, sería el germen de su estilo literario.
Tras la muerte de su abuelo, en 1936, y debido a la ceguera progresiva de su abuela, García Márquez, se separó de sus abuelos y, tras pasar un tiempo con sus padres en Sucre, fue enviado a Barranquilla, donde adquirió la fama de ser un muchacho tímido que escribía poemas graciosos y dibujaba tiras cómicas. Sus primeros años de secundaria los pasó en un colegio jesuita en donde publicó algunos poemas en la revista Juventud de esta institución, aunque nunca cultivara este género, fue con la poesía que tuvo sus primeras experiencias con la escritura. Más adelante, obtuvo una beca gubernamental para terminar sus estudios en Bogotá, aunque los culminó en Zipaquirá, una población cercana a la capital colombiana.
Después de su graduación, en 1947, García Márquez se quedó en Bogotá para realizar sus estudios universitarios, en la carrera de derecho de la Universidad Nacional de Colombia, época en la que se acercó definitivamente a la literatura. Su primer cuento La tercera resignación, apareció en 1947, publicado en el diario El telégrafo, el relato cuenta la historia de un niño que a los siete años recibe el diagnóstico de un médico quien le dice que pronto va a morir, su madre envía a construir un ataúd, primero pequeño, luego más grande, para que el cuerpo de su hijo pueda seguir creciendo. En este texto, no muy conocido, ya se da cuenta del estilo del autor y de uno de los temas que más presencia ha tenido en su obra, la muerte.
Rodeado de libros, en esos años, García Márquez se alejó de las leyes, una imposición de su padre, para encontrarse de cara a la escritura, su verdadera vocación. En 1950, abandonó la universidad y trabajó como columnista y reportero en el periódico El Heraldo, se dedicó de lleno al periodismo, género en el que siempre se desarrolló y que le ayudó, posteriormente, a escribir las obras que hoy disfrutamos. Incluso en algunos libros se puede ver la fusión entre la crónica periodística y la ficción.
Su primera libro,
La hojarasca, se publicó en 1955, cuando García Márquez tenía 28 años. En esta novela corta ya se conocería Macondo, el pueblo imaginario en el que se desarrolla la historia de los Buendía, protagonistas de su novela más famosa. En ese mismo año viajó a Europa por primera vez, vivió en Ginebra, Roma y París. Durante su estancia en Francia escribió
El coronel no tiene quien le escriba, publicada en 1961, novela también corta en la que un viejo coronel espera una pensión que nunca llega, un argumento bastante simple para escribir una de las historias más conmovedoras y construir uno de los personajes más entrañables de la literatura latinoamericana del siglo XX. Más adelante, en 1962, apareció su tercera novela
La mala hora y en 1967, publicó, la que pronto se convertiría en su obra más conocida, y a cuya escritura dedicó más de un año de intenso trabajo, una novela larga llamada
Cien años de soledad.
En esos años viajó a Barcelona, donde vivió algún tiempo y escribió
El otoño del patriarca, publicado en 1975 y
Relato de un náufrago, en 1970. Durante su estancia en la ciudad catalana, entabló amistad con intelectuales españoles y sudamericanos, dando origen a lo que se conoció más tarde como el Boom Latinoamericano, fenómeno que supuso el descubrimiento internacional de otros autores del continente, como
Mario Vargas Llosa,
Jorge Luis Borges,
Ernesto Sábato,
Julio Cortázar,
Juan Rulfo,
Carlos Fuentes,
Juan Carlos Onetti, entre otros, todos grandes narradores quienes supieron evidenciar, como Márquez, la abundante, original y potente producción literaria de ese lado del mundo.
En los años sucesivos, el escritor alternó su residencia entre México, Cartagena de Indias, La Habana y París, siendo México posteriormente, su lugar de residencia. En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura, la Academia reconoció en García Márquez a un autor «cuyas novelas y cuentos nos arrastran a ese extraño lugar donde se dan cita lo milagroso y lo más puramente real -el espléndido vuelo de la propia fantasía-, fabulaciones desmedidas y hechos concretos que surgen del fondo del pueblo, alusiones literarias, gráficas descripciones, palpables y a veces opresivas, realizadas con la precisión de un reportaje». Llegado este premio, el autor colombiano obtuvo mucha más fama de la que ya tenía , de la cual se alejó como cualquier hombre sabio que duda de todo lo que brilla en demasía.
Más adelante escribió
El amor en los tiempos del cólera, que vio la luz en 1985, novela inspirada en la relación que tenían sus padres. Nuevamente la familia serviría de germen literario. En 1989, apareció
El general en su laberinto, novela histórica que recrea los últimos días de Simón Bolívar y que surgió después de la lectura de otra novela sobre el héroe, un texto inacabado, de su amigo, el también escritor colombiano
Álvaro Mutis. En 1992, apareció
Doce cuentos peregrinos, una recopilación de relatos maravillosos, escritos desde hace dieciocho años de su publicación, algunos aparecidos como notas periodísticas o guiones de cine, entre los cuales se encuentran textos como «Solo vine a hablar por teléfono» o «El rastro de tu sangre en la nieve» que a ningún lector (entiéndase persona sensible y atenta) dejará de perturbar. En esta época además, participó en la fundación de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, en Cuba, donde dirigió un taller de guion. García Márquez, fuera de la narrativa y el periodismo, escribió algunos guiones y una obra de teatro llamada Diatriba de amor contra un hombre sentado.
En 1996 publicó
Noticia de un secuestro, obra en la que combinó la crónica periodística con su propio estilo narrativo. En el 2003, apareció su libro de memorias, Vivir para contarla, en el que narra su infancia y juventud hasta 1950, año en el que le propuso matrimonio a quien fue su esposa. Un año más tarde publicó
Memoria de mis putas tristes, historia de amor entre un hombre de noventa años y una prostituta. A pesar del reconocimiento que tenía, para ese entonces, García Márquez dentro de las letras universales, el libro causó gran controversia y fue prohibido en Irán. En México, después de haberse vendido cinco mil ejemplares, una ONG quiso demandar al escritor por promover la prostitución infantil.
García Márquez, pasó sus últimos años alejado del mundo literario, pero nunca desvinculado de su quehacer político, al ser intermediario en los conflictos de su país, protagonizados por el gobierno y la guerrilla colombiana. Siempre de lado de la izquierda, lo que le supuso un distanciamiento con su contemporáneo
Mario Vargas Llosa algunos años atrás. García Márquez murió de cáncer en el 2014, tiempo en el que ya había escrito suficiente; había creado el universo de lo real maravilloso y de la crónica narrativa, en el que se refleja magistralmente el pensar y sentir latinoamericano; tocando siempre temas como el exilio, la soledad, el amor y la muerte, temas clásicos que se renovaron con su pluma, gracias a la cual pasó a ser un innegable referente dentro de la literatura latinoamericana y del mundo.
Pocos escritores llegan a tener reconocimiento literario y popularidad verdadera, al mismo nivel y al mismo tiempo, uno de ellos:
Gabriel García Márquez.
Sabías que…
• García Márquez, además de gran escritor, fue un excelente violinista.
• Cien años de soledad fue escrita durante 18 meses, aunque la idea había surgido 20 años atrás.
• El escritor era muy supersticioso, siempre tuvo flores amarillas en su casa y en su mesa de trabajo porque las consideraba de buena suerte.
• García Márquez, en varias ocasiones, se declaró fan de la cantante Shakira.
• Conoció a Mercedes, su esposa, cuando ella tenía 9 años, y le propuso matrimonio al cumplir 14 años. Se casaron cuando ella cumplió 26.
• Para poder enviar su manuscrito a Buenos Aires, Márquez y su esposa empeñaron muchas cosas en el Monte de Piedad. Solo alcanzaron a mandar una parte del manuscrito y por error enviaron la segunda; tras esto el editor envió dinero para que pudieran enviar la primera parte.
• De La hojarasca Márquez retiró un capítulo entero, que años después fue encontrado por el poeta Jorge Gaitán Durán, quien le convenció de publicarlo bajo el título Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo.
• En 1982, Anthony Quinn propuso a García Márquez vender los derechos de Cien años de soledad, por un millón de dólares, para convertirla en una serie de televisión. Márquez se negó y Quinn le tachó de comunista.
• El primer libro que escribió utilizando una computadora fue El amor en tiempos del cólera.
• Cien años de soledad ha sido traducido a 35 idiomas y a las tres semanas de publicada, ya se habían vendido todos los ejemplares de la primera edición de esta novela.
• A Gabriel García Márquez se le negó el acceso a los Estados Unidos por muchos años. Esta prohibición fue levantada por Bill Clinton, alegando que Cien años de soledad era su novela favorita.
• Es el autor en lengua española más traducido a otros idiomas, según el Índex Traslationum de la UNESCO.
• En 2007, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española lanzaron una edición popular conmemorativa de esta novela, por considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos.
Cronología
3/3/1927: Nacimiento de Gabriel García Márquez en Aracataca, Colombia
1958: Se casa con Mercedes Barcha con quien tiene dos hijos: Gonzalo y Rodrigo
1960: Márquez se encuentra por primera vez con Fidel Castro
1961: Empieza a vivir en México
1962: Publica Los funerales de la Mama Grande
1967: Publica Cien Años de Soleda
1972: Obtiene el Premio Rómulo Gallegos por Cien Años de Soledad, uno de los reconocimientos literarios más importantes de América Latina
1973: García Márquez deja de lado su vida como escritor para dedicarse a la política
1981: Publica Crónica de una muerte anunciada
1982: Recibe el Premio Nobel de Literatura
1985: Publica El amor en tiempos de cólera
1993: Con un grupo de amigos, Márquez compra el periódico Cambio
2002: Publica su autobiografía Vivir para contarlo
17/04/2014: Márquez muere de cáncer en la ciudad de México.
Influencias y herederos literarios
García Márquez como lector y escritor tuvo mucha afinidad con autores como
Franz Kafka, sobre todo su Metamorfosis, libro gracias al cual se interesó en la escritura, en la ficción y en las posibilidades que se desprenden de lo fantástico;
William Faulkner, a quien se conoce como una de las figuras más leídas, respetadas, e incluso, imitadas por los autores del Boom Latinoamericano, fue para el autor colombiano un impulso para explorar, como motivos literarios, los entornos de su infancia y de juventud, además del proyecto de escribir sobre un mundo que se construye y agota a lo largo de la misma escritura, como lo hizo el autor estadounidense en su obra, de manera consciente.
Por su parte
Virginia Woolf y
James Joyce, son dos autores con quienes el autor se identificó en la escritura, sobre todo, por recurrir a la técnica del monólogo interior, forma que ya apareció en su primera novela, antes de haber leído a estos autores. Con respecto a Woolf, García Márquez ha declarado en varias entrevistas, que no sería el mismo autor si no hubiese leído a la escritora inglesa.
Ernest Hemingway, en cambio, le dio a García Márquez una lección de oficio que nada tenía que ver con el estilo de ambos autores y fue la disciplina que tuvo éste con la escritura, la constancia para depurar su propia técnica y la idea de que solo se puede escribir en un entorno confortable.
Además García Márquez siempre sintió fascinación por las tragedias griegas, por la literatura mítica y popular, la poesía española del Siglo de Oro y por la poesía de Piedra y Cielo, o Piedracielismo, movimiento poético colombiano, dirigido por los poetas Jorge Rojas y Eduardo Carranza. Dentro de sus contemporáneos resalta la admiración del autor colombiano por
Juan Rulfo, narrador y fotógrafo mexicano, de quien se conoce únicamente dos obras, el libro de relatos
El llano en llamas y la novela breve
Pedro Páramo, esta última relacionada muchas veces por la crítica con
Cien años de soledad. Incluso el mismo Márquez reconoció, alguna vez, que sin la lectura de la novela de Rulfo no hubiese podido escribir la suya.
Tras repasar algunas de las mayores influencias de este escritor, se podría hacer una lista muy extensa de quienes se han visto tocados por la obra de García Márquez, de los escritores cuyas obras dialogan con el autor, o aquellos quienes se declaran fervientes seguidores del premio nobel colombiano, es decir de sus herederos literarios, puesto que la influencia de un verdadero escritor, no termina nunca. de todas maneras, se reconocen como herederos directos a la escritora chilena,
Isabel Allende, quien reconoce públicamente a García Márquez como su maestro;
Juan Gabriel Vásquez, escritor colombiano quien reconoce que la lectura de las obras de su compatriota, sobre todo de la novela de los Buendía, le incentivó a escribir.
Algunos autores como el boliviano,
Edmundo Paz Soldán, o el colombiano
Santiago Gamboa, pertenecientes a McOndo, corriente literaria de la década de los noventa, surgida como reacción al realismo mágico (que para ese entonces ya era tradición y estigma de la literatura latinoamericana) y cuyo nombre es una alusión directa al Macondo de García Márquez, años más tarde reconocieron la calidad del autor colombiano, en el caso de Gamboa este reconocimiento llegó al declararse lector ferviente de su obra.
Por otro lado, al escritor mexicano
Yuri Herrera se le relaciona mucho con Márquez al abarcar en su novelística temas como la violencia, el narcotráfico, la migración, y las relaciones de poder en escenarios o situaciones que se acercan mucho a lo fantástico. Así, otros autores como los argentinos Abel Posse y
Juan José Saer, el brasileño
Rubem Fonseca, y los colombianos
Héctor Abad Faciolince,
Evelio Rosero, Jorge Franco y
William Ospina podrían conformar las filas de los herederos literarios del nobel colombiano.
«Con la fuerza de su talento literario convirtió un rincón del mundo en un territorio universal, que hoy le pertenece a todos los lectores del planeta, a los de hoy y a los que vendrán»
Santiago Gamboa, escritor colombiano.
«Creó un universo mágico y casi una religión. Escribió la biblia latinoamericana»
Alberto Fuguet, escritor chileno, a propósito de Cien años de soledad.
«Yo, a García Márquez, le debo un montón de cosas. Para empezar, los veinte segundos en los que leí por primera vez las últimas líneas de El amor en los tiempos del cólera»
Alessandro Baricco, escritor italiano.
«Gabriel García Márquez es el contemporáneo de todos los hombres»
Octavio Paz, poeta mexicano.
«El lugar de la Mancha de cuyo nombre Cervantes no quiso acordarse es Macondo. de Cervantes a Gabo se extiende el arco mágico de la lengua»
Sergio Ramírez, escritor nicaragüense.
«Gabriel García Márquez nos descubrió un continente y nos enseñó lo que habíamos olvidado acerca de cómo contar historias»
Cees Nooteboom, escritor neerlandés.
«Mil años de soledad y tristeza por la muerte del mayor colombiano de todos los tiempos» Juan Manuel Santos, presidente colombiano en el momento de su muerte.
«Pierde Colombia, pierde el mundo por el fallecimiento de Gabo. Sus obras salvaguardan su memoria» Guerrilla colombiana de las FARC.