Un hombre llamado Ove de Fredrik Backman
La muerte es una cosa extraordinaria. La gente vive la vida como si no existiera, siendo así que, la mayor parte del tiempo, es la principal razón para vivir. Algunos de nosotros alcanzamos llegado el momento tal conciencia de su existencia que empezamos a vivir con más intensidad, más tozudez, más rabia. Otros necesitamos su presencia constante para comprender siquiera cuál es su opuesto. Otros estamos tan ocupados pensando en ella que nos instalamos en la sala de espera mucho antes de que haya anunciado su llegada. Le tenemos miedo y, aún así, la mayoría de nosotros tememos mucho más que le llegue a otro. Porque el miedo más fiero en relación con la muerte es que nos pase de largo. Y que nos deje aquí solos.
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