Un jardín en Venecia de Frederic Eden
Un jardín no se hace en un año; de hecho nunca se hace en un sentido definitivo. Crece, y con el trabajo del amor debería seguir creciendo. Hay viejos jardines que uno teme tocar y, aún así, supongo que el más devoto y respetuoso de los adoradores que trabaje en uno que realmente ame dejaría alguna marca en él. Hay otros hechos 'di nuovo', y sobre estos el dueño puede dejar correr su imaginación y convocar la ayuda de los sumos sacerdotes de la jardinería, quienes, con confianza dogmática, nos dicen lo que está mal y lo que está bien. Y hay algunos, como el jardín de nuestra historia, para los cuales el diseño principal ha sido detallado hace mucho tiempo, con margen para completar los detalles. |