El amor dura tres años de Frédéric Beigbeder
"...A Kafka le encantaba divertirse. Hay escritores agonizantes y doloridos, como Flaubert y otros hedonistas hasta el final, como Baudelaire. En el centro estaría Proust, un hombre asiduo de largas fiestas nocturnas y también de encerrarse para escribir. Es mi modelo. Trabajo de día, salgo de noche y duermo poco; pero ir de fiesta no es lo opuesto a hacer un buen libro".
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